Post by HBF on Mar 23, 2008 14:21:12 GMT -3
Domingo 7 de marzo de 2004
Noticias | Archivo | Domingo 7 de marzo de 2004 | Información general | Nota
Tendencia: los porteños deciden casarse o cohabitar entre los 27 y 30 años
Formar pareja es una cuestión de grandes
Sociólogos y psicólogos explican por qué es más larga la soltería; la mayoría elige convivir después de terminar los estudios
Las estadísticas revelan que los novios piensan con más detenimiento contraer enlace
El fenómeno, dicen, está vinculado con una mayor participación de las mujeres
Contigo pan y cebolla, es frase del siglo pasado. Hoy los porteños que deciden llevar una vida en pareja o formalizar la relación con el casamiento lo hace entre los 27 y 30 años. Lo que indica que deciden compartir el mismo techo a partir de una edad más avanzada a la que lo hicieron sus padres y cuando son diez años más grandes que cuando sus abuelos decidieron dar ese trascendental paso.
Llenar el baúl de la abuela con regalos o preparar el ajuar con sábanas y manteles bordados, como ritual para el matrimonio, es tema de otra época. En muchos casos, la tendencia indica que los jóvenes deciden mantener una convivencia con su pareja, no como una prueba previa al casamiento, sino como un proyecto en común alejado, según lo llaman, "de los papeles", o de un compromiso legal.
Claro que muchos otros quieren llegar a la Iglesia: la novia con el vestido blanco y el novio con un impecable chaqué, aunque esta idea es más deliberada que en años anteriores.
Una consulta realizada por LA NACION a sociólogos y psicólogos sociales reveló que la tendencia entre los jóvenes es dilatar la llegada al casamiento, o a la convivencia, hasta por lo menos los 27 años. Edad que en otras épocas hubiera sido impensada.
Este fenómeno de alargar la soltería va más allá de una moda y tiene sus explicaciones, según los especialistas. Una de éstas está fundada en la participación de las mujeres para estudiar y después perfeccionarse en la vida profesional.
Según los datos proporcionados por el Registro Civil del gobierno porteño, la edad más elegida por las jóvenes para casarse es a los 26 años, mientras que los hombres a los 27.
Un estudio realizado por esa repartición reveló que en 1998 el grupo que más decidió casarse fue entre los 25 y 29 años (el 38,7 por ciento los varones y el 38,6 por ciento las mujeres). Sin embargo, cuatro años después, en 2002, se evidenció una baja en la cantidad de los hombres que dieron el sí en esta etapa de sus vidas (35,3 por ciento), y una suba en la franja entre los de 30 y 34 años.
Obligación
La directora del Registro Civil, Ivana Centanaro, reveló a LA NACION que los jóvenes que llegan en busca de la libreta de casamiento "han estudiado detenidamente la cuestión antes de tomar la decisión".
"Desde hace siete años observamos que cada vez se casan más grandes. Y estimamos que es porque antes las parejas veían al matrimonio casi como una obligación o sentían una presión social. Pero hoy tienen otras alternativas, como convivir o una unión civiles", explicó Centanaro. Y precisó que quienes llegan al casamiento "han pasado, por lo general, por noviazgos más largos. Una gran parte de ellos ha convivido".
También en los casos de uniones civiles, que permite un acuerdo de partes, se evidenció que la edad promedio es entre los 27 y 30 años, con una tendencia en aumento.
Los números del Registro Civil no son los únicos que avalan este fenómeno.
Un informe del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, con una muestra de 572 universitarias, reveló que sobre los consultados "el 70,8 por ciento estaba soltero, el 19,2 en pareja, el 9,2 casado y el 0,6 divorciado".
Y a la pregunta a las mujeres sobre cuál es la mejor edad para casarse, el un 71,6 por ciento respondió que lo acertado es hacerlo entre los 26 y los 30 años; un 10,4 no especificó ninguna edad; un 8,2 por ciento dijo que entre los 20 y 25; un 5,2 por ciento, entre los 31 y los 35 años y 4,3 no supo precisar en qué momento.
Adolescencia tardía
"Se advierte una adolescencia tardía, prolongada hasta los 28 o 30 años. Y un avance en la edad en que se unen porque prefieren antes formarse y consolidarse profesionalmente", explicó Orlando D´adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano y psicólogo político.
Según D´adamo, esta tendencia comenzó a evidenciarse hace una década. Y advirtió que el aumento en la expectativa de vida y la mayor participación de la mujer contribuyen a que la soltería sea más larga.
El doctor en sociología y profesor de la Universidad Austral, Alejandro Piscitelli Murphy, también indicó que el aumento en la edad es producto de cambios relacionados a cuestiones culturales y sociales.
"Tiene que ver con el desarrollo de la mujer en el ámbito laboral y estudiantil. Muchos quieren hacerse una carrera, tener más independencia antes de casarse."
Para Piscitelli Murphy, cohabitar es una etapa que generan los jóvenes que deciden compartir el mismo techo, sin llegar al matrimonio, "por miedo a casarse". "No ven al compromiso como un valor positivo. Tienen mucho miedo a dar un sí definitivo y hay una actitud muy individualista, relacionada más con una satisfacción personal."
En tanto, Carlos Eroles, profesor de Niñez, Familia y Derechos Humanos de la UBA, explicó que el auge de cohabitar, antes de los 30 años, se trata de un proyecto que asumen "con una tendencia a una convivencia más prolongada".
"Antes la gente decidía unirse entre los 23 y 26 años. Ahora recién lo piensa desde los 28", dijo, para explicar que quien en otras épocas llegaba a los 30 años sin casarse, era tildado como un solterón. En cambio, hoy puede estar en plena etapa de perfeccionamiento profesional y sin que la abuela lo señale como el soltero de la familia.
Por Verónica Suppo
De la Redacción de LA NACION
Link permanente: www.lanacion.com.ar/579369
Noticias | Archivo | Domingo 7 de marzo de 2004 | Información general | Nota
Tendencia: los porteños deciden casarse o cohabitar entre los 27 y 30 años
Formar pareja es una cuestión de grandes
Sociólogos y psicólogos explican por qué es más larga la soltería; la mayoría elige convivir después de terminar los estudios
Las estadísticas revelan que los novios piensan con más detenimiento contraer enlace
El fenómeno, dicen, está vinculado con una mayor participación de las mujeres
Contigo pan y cebolla, es frase del siglo pasado. Hoy los porteños que deciden llevar una vida en pareja o formalizar la relación con el casamiento lo hace entre los 27 y 30 años. Lo que indica que deciden compartir el mismo techo a partir de una edad más avanzada a la que lo hicieron sus padres y cuando son diez años más grandes que cuando sus abuelos decidieron dar ese trascendental paso.
Llenar el baúl de la abuela con regalos o preparar el ajuar con sábanas y manteles bordados, como ritual para el matrimonio, es tema de otra época. En muchos casos, la tendencia indica que los jóvenes deciden mantener una convivencia con su pareja, no como una prueba previa al casamiento, sino como un proyecto en común alejado, según lo llaman, "de los papeles", o de un compromiso legal.
Claro que muchos otros quieren llegar a la Iglesia: la novia con el vestido blanco y el novio con un impecable chaqué, aunque esta idea es más deliberada que en años anteriores.
Una consulta realizada por LA NACION a sociólogos y psicólogos sociales reveló que la tendencia entre los jóvenes es dilatar la llegada al casamiento, o a la convivencia, hasta por lo menos los 27 años. Edad que en otras épocas hubiera sido impensada.
Este fenómeno de alargar la soltería va más allá de una moda y tiene sus explicaciones, según los especialistas. Una de éstas está fundada en la participación de las mujeres para estudiar y después perfeccionarse en la vida profesional.
Según los datos proporcionados por el Registro Civil del gobierno porteño, la edad más elegida por las jóvenes para casarse es a los 26 años, mientras que los hombres a los 27.
Un estudio realizado por esa repartición reveló que en 1998 el grupo que más decidió casarse fue entre los 25 y 29 años (el 38,7 por ciento los varones y el 38,6 por ciento las mujeres). Sin embargo, cuatro años después, en 2002, se evidenció una baja en la cantidad de los hombres que dieron el sí en esta etapa de sus vidas (35,3 por ciento), y una suba en la franja entre los de 30 y 34 años.
Obligación
La directora del Registro Civil, Ivana Centanaro, reveló a LA NACION que los jóvenes que llegan en busca de la libreta de casamiento "han estudiado detenidamente la cuestión antes de tomar la decisión".
"Desde hace siete años observamos que cada vez se casan más grandes. Y estimamos que es porque antes las parejas veían al matrimonio casi como una obligación o sentían una presión social. Pero hoy tienen otras alternativas, como convivir o una unión civiles", explicó Centanaro. Y precisó que quienes llegan al casamiento "han pasado, por lo general, por noviazgos más largos. Una gran parte de ellos ha convivido".
También en los casos de uniones civiles, que permite un acuerdo de partes, se evidenció que la edad promedio es entre los 27 y 30 años, con una tendencia en aumento.
Los números del Registro Civil no son los únicos que avalan este fenómeno.
Un informe del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, con una muestra de 572 universitarias, reveló que sobre los consultados "el 70,8 por ciento estaba soltero, el 19,2 en pareja, el 9,2 casado y el 0,6 divorciado".
Y a la pregunta a las mujeres sobre cuál es la mejor edad para casarse, el un 71,6 por ciento respondió que lo acertado es hacerlo entre los 26 y los 30 años; un 10,4 no especificó ninguna edad; un 8,2 por ciento dijo que entre los 20 y 25; un 5,2 por ciento, entre los 31 y los 35 años y 4,3 no supo precisar en qué momento.
Adolescencia tardía
"Se advierte una adolescencia tardía, prolongada hasta los 28 o 30 años. Y un avance en la edad en que se unen porque prefieren antes formarse y consolidarse profesionalmente", explicó Orlando D´adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano y psicólogo político.
Según D´adamo, esta tendencia comenzó a evidenciarse hace una década. Y advirtió que el aumento en la expectativa de vida y la mayor participación de la mujer contribuyen a que la soltería sea más larga.
El doctor en sociología y profesor de la Universidad Austral, Alejandro Piscitelli Murphy, también indicó que el aumento en la edad es producto de cambios relacionados a cuestiones culturales y sociales.
"Tiene que ver con el desarrollo de la mujer en el ámbito laboral y estudiantil. Muchos quieren hacerse una carrera, tener más independencia antes de casarse."
Para Piscitelli Murphy, cohabitar es una etapa que generan los jóvenes que deciden compartir el mismo techo, sin llegar al matrimonio, "por miedo a casarse". "No ven al compromiso como un valor positivo. Tienen mucho miedo a dar un sí definitivo y hay una actitud muy individualista, relacionada más con una satisfacción personal."
En tanto, Carlos Eroles, profesor de Niñez, Familia y Derechos Humanos de la UBA, explicó que el auge de cohabitar, antes de los 30 años, se trata de un proyecto que asumen "con una tendencia a una convivencia más prolongada".
"Antes la gente decidía unirse entre los 23 y 26 años. Ahora recién lo piensa desde los 28", dijo, para explicar que quien en otras épocas llegaba a los 30 años sin casarse, era tildado como un solterón. En cambio, hoy puede estar en plena etapa de perfeccionamiento profesional y sin que la abuela lo señale como el soltero de la familia.
Por Verónica Suppo
De la Redacción de LA NACION
Link permanente: www.lanacion.com.ar/579369