Post by HBF on Sept 16, 2010 17:56:29 GMT -3
Exclusión social
Las fábricas recuperadas
Por Pablo Manzanelli
Para LA NACION
Sábado 19 de junio de 2010 | Publicado en edición impresa
Si bien el notable crecimiento de la economía argentina durante la posconvertibilidad permitió reducir la desocupación y subocupación en forma considerable, no fue tan efectiva -por lo menos, en cuanto a su proporcionalidad- para disminuir la presencia de la informalidad en las relaciones laborales.
Esta problemática no es privativa de un sector, sino que afecta a la población ocupada en todos los ámbitos de la producción y cualquiera que sea su forma de inserción laboral: trabajadores independientes, asalariados y trabajadores asociados.
Por eso, aun sin abarcar al conjunto de la fuerza de trabajo y sin tener en cuenta otros factores como las contrataciones temporarias o de baja calidad, en 2009, según datos oficiales, el 36,2% de los asalariados no se encontraba registrado en el sistema previsional. En el crítico año de la implosión del régimen convertible, dicho porcentual fue de 41,3%. En suma, se redujo en apenas 5,1 puntos porcentuales.
Esto invita a reflexionar sobre los rasgos específicos que adquieren las nuevas formas de informalidad. Al respecto, cabe detenerse en el surgimiento de los trabajadores autogestionados, quizás el más innovador por su naturaleza y características. Se trata de la expansión en la última década, como resultante específico de largos años de destrucción del aparato productivo local (y del mercado de trabajo), de la recuperación de empresas en quiebra por parte de los trabajadores y el sostenimiento, por esta vía, de sus puestos de trabajo.
Sin embargo, aun cuando esto implica, al menos, reducir la desocupación, no hace lo propio en el plano de la informalidad laboral, donde el vacío legal que experimenta esta nueva categoría ocupacional produce una indebida registración formal y previsional. Seguramente la constitución de un marco jurídico que reconozca a tales trabajadores autogestionados como sujetos de derecho pueda ser un aliciente para la reconstrucción formal de una proporción no desdeñable del mercado de trabajo.
El autor es sociólogo e integrante del Equipo Técnico de la Cooperativa Unión Solidaria de Trabajadores
www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1276585
Las fábricas recuperadas
Por Pablo Manzanelli
Para LA NACION
Sábado 19 de junio de 2010 | Publicado en edición impresa
Si bien el notable crecimiento de la economía argentina durante la posconvertibilidad permitió reducir la desocupación y subocupación en forma considerable, no fue tan efectiva -por lo menos, en cuanto a su proporcionalidad- para disminuir la presencia de la informalidad en las relaciones laborales.
Esta problemática no es privativa de un sector, sino que afecta a la población ocupada en todos los ámbitos de la producción y cualquiera que sea su forma de inserción laboral: trabajadores independientes, asalariados y trabajadores asociados.
Por eso, aun sin abarcar al conjunto de la fuerza de trabajo y sin tener en cuenta otros factores como las contrataciones temporarias o de baja calidad, en 2009, según datos oficiales, el 36,2% de los asalariados no se encontraba registrado en el sistema previsional. En el crítico año de la implosión del régimen convertible, dicho porcentual fue de 41,3%. En suma, se redujo en apenas 5,1 puntos porcentuales.
Esto invita a reflexionar sobre los rasgos específicos que adquieren las nuevas formas de informalidad. Al respecto, cabe detenerse en el surgimiento de los trabajadores autogestionados, quizás el más innovador por su naturaleza y características. Se trata de la expansión en la última década, como resultante específico de largos años de destrucción del aparato productivo local (y del mercado de trabajo), de la recuperación de empresas en quiebra por parte de los trabajadores y el sostenimiento, por esta vía, de sus puestos de trabajo.
Sin embargo, aun cuando esto implica, al menos, reducir la desocupación, no hace lo propio en el plano de la informalidad laboral, donde el vacío legal que experimenta esta nueva categoría ocupacional produce una indebida registración formal y previsional. Seguramente la constitución de un marco jurídico que reconozca a tales trabajadores autogestionados como sujetos de derecho pueda ser un aliciente para la reconstrucción formal de una proporción no desdeñable del mercado de trabajo.
El autor es sociólogo e integrante del Equipo Técnico de la Cooperativa Unión Solidaria de Trabajadores
www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1276585