Zygmunt Bauman y Alain Touraine ganaron el Príncip

[HBF]

Zygmunt Bauman y Alain Touraine ganaron el Príncipe de Asturias

28/05/10

Les dan el prestigioso premio español por ayudar a entender un mundo que cambia.




Hay que pensar de nuevo nuestro mundo, nuestra vida personal y nuestra vida colectiva”. Lo dijo ayer Alain Touraine. Lo dijo cuando se enteró que había ganado, junto al también sociólogo Zygmunt Bauman, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, uno de los más imporantes de habla hispana. En el anuncio, que se hizo ayer en la ciudad de Oviedo, el jurado los consideró “ dos representantes de la más brillante tradición intelectual del pensamiento europeo , creadores de instrumentos conceptuales singularmente valiosos para entender el cambiante mundo en el que vivimos”. La candidatura al premio, que otorga 50.000 mil euros, fue propuesta en forma conjunta y, finalmente, Touraine y Bauman, muy reconocidos y leídos en la Argentina, se impusieron al otro gran candidato, el japonés Shigeru Miyamoto, considerado el “padre del videojuego moderno”.

Touraine (Hermanville Sur-Mer, Francia, 1925), también historiador, trabaja sobre la relación entre el invididuo y la sociedad y la sociología del trabajo. Investigó momentos históricos puntuales, desde el Mayo Francés hasta los alzamientos militares en América latina. Entre sus numerosos libros figuran Conocimiento e identidad , El mundo de las mujeres y Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy . Baumann (Poznan, Polonia, 1925) es el creador de la idea de “modernidad líquida”: un concepto que define el tiempo actual como frágil, efímero, sin referencias consistentes. También se ocupó de los “diferentes”, de lo que dejó la globalización: refugiados, inmigrantes, pobres... Escribió Modernidad y Holocausto , donde define el exterminio de judíos por los nazis como un fenómeno asociado con el desarrollo de la modernidad, Vidas desperdiciadas, Modernidad líquida y Etica posmoderna.

Según dijo Touraine a Radio 5 de España, cuando se enteró de que había recibido el Príncipe de Asturias estaba haciendo las compras en un supermercado. Emocionado, en un castellano algo ronco, dijo: “Me siento muy honrado. Conozco el prestigio de este premio y para mí significa que España y todo el mundo hispanohablante, con el que tengo contacto hace un montón de años, reconoce el valor de mi trabajo”. Cuando le preguntaron por el presente –y el futuro– de Europa, Touraine contestó en un tono más grave y sombrío: “Mi primera observación es que es un mundo sin crecimiento y con problemas estructurales muy difíciles de resolver. A excepción de Alemania, todos los países están en una situación de fragilidad y de pérdida de futuro”.


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